domingo, 27 de mayo de 2018

CARTAS MARCADAS.


Se llenó de negro y gris
y en un gesto de rebeldía
se armó el viento de aquel sabor
forjado a herrumbre,
como un arrebato  
que todo lo inunda,
igual al vino añejo que hierve
simulando sangre a borbotones
e involuntarios espumarajos.

Y fue chocando contra dientes
de labios entreabiertos a la deriva.
Y dejaba su huella ocre
y su helado crujir
haciendo tambalear
una forzada sonrisa.
Y era más una mueca amarga
y pedía ser amnesia
y prefería ser letargo
para no sentir,
para no darse por enterada.

De pronto
él decía estar de vuelta,
tranquilamente,
sin inmutarse.
Regresaba otra vez
y otra vez.
Regresaba de nuevo
y de nuevo
y de nuevo
como una de tantas…
las mismas que se iba
regresaba siempre.

Y era todo parecido.
Lo mismo exacto.
Volvía igual,
con la boca llena de engaños.
Nada cambiaba.
Llegaba con su palabra experta
derrochando inhóspitos
e ilustres vacíos.

Ella…
Ella al fin se cansó del juego.
Un día,
un buen día,
le jugó sus cartas marcadas.

Dora Elia.
27 de Mayo 2018.
EE.UU.
Derechos de autor.

Imágen de la red.












viernes, 4 de mayo de 2018

Y HE LLEGADO A LA CONCLUSIÓN.



 Dime
que no han muerto las mariposas
que con celo hemos cosquilleado
por tantos relojes bajo la piel.

Que no han marchitado los jardines
con el rigor del invierno…
Porque ¿sabes?
la escarcha no aniquila todo.

Si la esencia que nos mueve
es de primaveras y veranos
renacerán los botones del suelo
en perfumados preludios de flor.

¿Y por qué te enjutas corazón mío?
¿Por qué te llenas de temor
ante el futuro incierto?
¿No has escuchado que nada es imposible?

Ven,
que me he vestido de aletas y escamas
en púrpura, rojo y negro
para volverme sílfide y nadar tus sales
ondulándote por debajo y encima.

Ven,
que voy cayendo en un trance.
Ese que da un sudoroso jugo
a la necesaria yesca para arder.
Y he llegado a la conclusión
que no hay vuelta de hoja.
Que no hay paso atrás.

Que no se ha inventado un remedio.
Que no existe finiquito
para un panal libidinoso.
Que voy a inhalarte
sumergida profundamente
en la masculinidad
de tu varón de acero.

Ven,
que los otoños florecen
también sin tregua.
Ven,
que hay savia demás
en las raíces del árbol
y nos sobra inspiración desnuda
para amancillarnos enredados
como la yerba arbitraria
que lo abraza todo.
Ven,
te invito que juguemos al amor.

Dora Elia.
3 de Mayo 2018.
EE.UU.
Derechos de autor.