sábado, 31 de enero de 2015

UNA Y MIL VECES

Si te vas de mí
le crecerán de nuevo las espinas
a las rosas que me diste
y sus pétalos
aquellos que apasionada
iba deshojando
entre beso a beso
en nuestras sábanas
para entretejerse
terciopelo y caricia
al pegarse a nuestra piel
serán símbolo de lijas
y cardos
y brasas
excoriándome la vida.

Si te vas
nada me será igual
me envolverán las tinieblas
tapándome el sol
y me sonará a triste lamento
el trino de las aves
al llamarme en la mañana
cantándome enamoradas
sus melodías románticas.

Más si lo has decidido
y marcharte es lo que quieres
no solo cruces el umbral
esfumándote en el viento
al cerrar detrás de ti la puerta.
Detente por favor unos minutos,
arranca con fuerza tus besos
de cada milímetro de mí
donde estuviste.
¡No los quiero por dios!
¡Llévatelos!
Me hará daño su veneno.
Me matará sentir su calor
una y otra y otra vez
y sin poder evitarlo
mil veces cada día
con sus diez mil noches
moriré de inercia.













sábado, 10 de enero de 2015

QUÉ MÁS DA

De que suspiras alma si el árbol derramó sus hojas una a una bebiéndolas el suelo a convertirlas con el paso de los días en disecadas migajas… en el visitar de la lluvia las convirtió una pasta sin forma, sin verde, ni figura -nada en que pueda transformarlas el alfarero o escultor- ellas, anhelantes aun, se pegan en zapatos transeúntes buscando ir al calorcito de una casa… triste realidad quedarse en estupor, estáticas en el tapete de la entrada, sin importarle la suerte que corrieron ni a su propio árbol, aquel que las trajo al mundo a darles vida.
Y ya que importa alma mía si ya no importa nada. Qué más da, si la nieve cae en torrentes de copos sobre mi cabeza, pintando de blanco mis cabellos, lenta, gradual, cruelmente, congelándolo todo, si los dientes le prohíben a los labios esbozar una sonrisa por miedo a tiritar de frío, si las primaveras se fueron marchando en fila como siguen los pollitos su mama gallina, furtivas primaveras que se fueron a esconder al otro lado guardándose invisibles, dejando solo por testigos en papel fotografía sus huellas, fotos cuando rebosaban de tersura los pétalos de las flores antes de caer al suelo sin forma, perfume, ni figura.











A JAIME

Tengo a Sabines
inmerso eternamente
en tramos de mi encéfalo
buscando su etérea mano
para pasear mi alma
tomada a la suya
bañándome en su esencia.

Me he bebido
multitud de veces
a él enamorada
arrullándome en sus letras
hasta el sueño rendirme.

Qué diera,
mi destino haber cambiado
con aquella que tanto amó
-su adorada Chepita-
e incrustada en su médula
sus versos
su amor delirante y eterno
haber quedado
prendida en la historia
por siempre a él.










PREGUNTAS SIN RESPUESTA

Soy ese andrajo que alimenta las espinas dolientes, el desdibujar de fracciones de fe a contraluz, un péndulo calcinado por el tiempo moviéndose a rastras implorando clemencia, punta de dolor que se arbitra y no sabe hacer nada con su exprimida humanidad. Esperanza que se diluyó al otro lado de esquinados umbrales sin puertas, soy esa noche sin estrellas ni pizca de luna que va cayendo en plomo líquido a la hora de mi sueño, impaciente gotera que fluye en mi sangre en recio vendaval, soy un mar en seco pidiendo los sobrantes de lluvia de las nubes. Cadavéricas y frías mis manos se extienden a lo alto en busca de respuestas. No las hay, no existen.


















LUNAS DE ROJO PARDO

Se fue la niña de mis ojos buscándolo como se busca vivir; una burbuja de aire en el agua para un respiro, un vestigio de lluvia en el desierto por instinto de conservación… y en el devenir de ilusorios elefantes rosas se colgó de un espejismo, de un fraccionado esquema…ella paseaba su vista, mientras, yo me traslucía en la palidez de aquellos haces de luna pardo-rojos
-tigres blancos manchados de sangre- y las esquirlas que horadaban la noche iban haciendo mella en el alma como luces que se llevan de tropiezo cada sombra, manojos de heno, alimento de ilusiones huecas que se habían marchado hacía mucho repiqueteando tenaces, como la lluvia con cada beso que le da a la tierra. Y que hago yo bailando en un pie, esperando guarecerme, colectando vacíos húmedos, si me inundan de cualquier manera. Y luego, cuando éste labio mío superior pruebe la amarga lágrima que marca una despedida no habrá luz del sol mas cercano –físico o supuesto, colgando de manos en el cielo o pintado en un óleo mágico- que pueda entibiar mi escarchada piel, ni consuelo de canto de ave que pueda alegrar mis entristecidos arenales.


















DIJÉRAMOS

Me hundo en el vaivén de tus pestañas como remojado barquillo de papel y me es muy claro ahora las inoculaciones no ayudaron a evitarme el embate del virus de tus besos… y esta piel que a diario se reviste de tu desvestir y tú que te columpias deslizándote en los márgenes nucleares de este mi pequeño mundo, que gira, gira y gira aprisionado a tu alrededor, palomilla encandilada yo queriendo llenar de polen tu cuerpo. Dijéramos que en el latido de un abrir y cerrar de ojos me vuelvo nube y te levanto llevándote montado sobre mí, o me vuelvo rayo de luz y te ilumino hasta los mismos portales del sol y del tiempo convirtiéndote en el oráculo sagrado de mis células, dijéramos que en un arranque desesperado me convierto en lluvia leve para caer en ti y besarte de cabeza a pies. Dijéramos, sí…podríamos decir tantas cosas, pero digamos simplemente, que en este rincón del universo, por ser el espejo de tus ojos yo me estoy muriendo.













CONTRA CORRIENTE

I
Y fuimos uno tu y yo
río y piedras
mar y playa
foresta y humedad.

II
Fuimos ráfaga de viento
que feliz en los árboles
su perfume paseaba
acariciando sus hojas.

III
Fuimos águilas en las alturas
de orgullosas plumas
admirando el paisaje
en raudo vuelo astral.

IV
Fuimos florecillas también
confiadas de su belleza…
y vino en su displicencia el sol
hoz en mano a la siega.

V
Fuimos bocanada fresca
que daba vida en el resquicio…
de pronto fuimos dos
arrastrados en turbulentas aguas.

VI
Un día
en un súbito estertor audible
nos sobrevino un frio sepulcral
y fuimos…dos amores muertos.


















DE QUÉ PLANETA

Quien eres tú
que cimbras en oscilaciones
a cada inesperada vuelta
las bases de mis cimientos
a tu afilado desear
-desestabilizándome-
temblando de polo a polo
centímetro a meridional centímetro.

Tú que remolineas
mis tenues noches de luna
en los péndulos perpendiculares
de mis cabellos
ruñendo a mordiscos
una a una las ondulaciones
de mis anticipados
y funiculares ensueños.

Tú que confabulas con el aire
para que respire tu olor…
que formas horizontalmente
ángulos de olas invisibles
en conexiones hormonales
que se unen punta a punta
al momento de allegarte a mí
tocando el fondo de mis fondos.














FÓSILES

En que fugaz recodo de la luna se escondió el suspiro… ese que voló a la nada y conjugado al fin de todo nos habla del ‘yo tú el nosotros vosotros y ellos’… Y en cuantos picos de estrellas estarán colgados todos esos inalcanzables sueños que se le fueron escurriendo a la humanidad en la impotencia de las manos, sueños impávidos e inconscientes de las mariposas que batían aun sus alas por alcanzar el huidizo perfume y color de las amantes flores, que corriendo se alejaban en fornicación tras el viento.

En que prisma incoherente cayó la luz de los diminutos fulgores del titilar de perdidas libélulas, en la oscura realidad de evaporadas noches, que no pueden lanzar más chisporroteos de Bengala -sus extravíos y su vista ennegrecida no les ayudan ya más a encontrar la salida de sus inermes laberintos-.


Y en que incierto fósil subterráneo de huesos escarpados y añorantes se habrán estacionado las nómadas ilusiones de antaño - y a destiempo- cansadas al fin de buscar lo que bajo el sol rebuscaban y después de recorrer eternidades comprendieron la futilidad de sus lloridos… entonces, en resignación abandonada optaron descansar su cabeza en las indudables blancuras de acicalados cementerios.




















CONFUSAS GEOGRAFIAS

Igual y onírica me pierdo
en las utopías azules
de mis fantasías por cumplir
entre las comisuras
veneradas de tus dedos…
esas ranuras sacrosantas
que hay de repente
entre tus uñas y tu carne
y las grietas y fisuras que se abren
de cuando en vez
-o viceversa-
en los castaños baúles
de mi inquietud.

Igual y te llamaré
vengas apresurado
enfilando mis sábanas
a punta de cañón
a vivos sacrificios
para inmolar mis deseos
y quede mi almohada
en la fiebre de un canto
temblando enmarañada
-e incontrolable-
y mis cabellos recubiertos
de estaños blanco-grises
difíciles de digerir…

Igual y me hundiré
en amañados dulzores
de geografías confusas
y brújulas revueltas
pidiendo más y más…
derretida en el vicio
de apasionadas frutas
inmersas en vino carmesí
al baño-chocolate
que vas obediente
por mi cuerpo paseándolas
y libando su estela oscura
en frenéticos salvajes.














INYÉCTAME

No sé qué tienen tus ojos
que sumergen mi alma
en campos magnéticos
cargados de fuerza y luz…
energía subyugante y sutil
que me mueve inequívoca
-infaliblemente-
de prisa a tus brazos.

No sé si tus poros destilan miel
-no es sudor estoy segura,
o has encontrado la formula
para transformarlo-
y yo que enloquezco
por convertirme gata
maullando a medianoche
y lamer tu cuerpo entero.

No sé si tu saliva es licor
-o derivado de un elixir divino-
tus besos me embriagan
y el mundo gira vuelta y vuelta…
ruego de tu droga una dosis
-tan solo al menos una poca-
y flotar al desnudo en la inyección
de tu agridulce veneno.












DESCALZA POR LA ARENA

En el compendio de mis días
este mi andar furtivo
descalza por la arena
convengo conmigo misma
en unas cuantas cosas:

Que a mis amaneceres
les falto amor…
que me vi presa
de inexplicables vorágines
y no supe diluir a tiempo
el ácido que me dañaba.

Comulgo en la noción
de enredaderas infernales
que cubren la vida a veces
queriéndola asfixiar.

Vacíos del alma
por hoyos profundos
o una fuga
-una simple gota-
que derrama una cisterna
matándola de sed.















NO SABEN

Y tú que te vistes
de fuego ante mis ojos
y me desvistes
al desnudo vivo
a flor de mis labios
-estos de rubí-
de condensada esencia.

Y tú que me desvelas
de nuevas caricias
desde mi pelo
hasta los bailes de mis pies
para dejar mis soles
abiertos y sensibles
a merced de tu boca
hambrienta y desalmada.

Y agrietada yo a falta de caricias
me muevo, felina de sed
para recibirte al rojo
entre pétalos abiertos
e incipientes humedades
de carnívoro rocío.

Y entran a mi vientre
sinfonías de mariposas
que revolotean sus alas
tocando melodías
con sus notas dulces
y sus cadenas que me atrapan.

Y concluyo
-a riesgo de argumentos-
que en toda su experiencia
la triste luna nunca supo
-o vivió-
de una noche así
y amantes tan perdidos.

Y los bálsamos de oriente
no saben curar la piel
ni los brujos del mundo
saben hechizar a nadie
como tú mi alma.

Y las abejas no tienen
la remota idea
ni sabrán jamás
nuestro secreto tan guardado
para hacer pócimas de miel
como éstas.















Y SERÉ TUYA

Traigo mil besos
rompiendo infinitos
abriendo brechas
por derramarse en ti
febriles e insaciables.

Besos desesperados
que buscan esparcirse
excitados e impacientes
sobre esquemas de tu cuerpo
que de locuras clama
y a gritos los exige.

Y seré tuya
en campos y esferas
de intangibles reinos
de sueños y realidades
desde alboradas de cristal
y edredones sin monturas
hasta anocheceres ensillados
y sábanas mojadas.

Y me tendrás potranca
y me serás jinete
desde solsticios puros
hasta equinoccios serpenteantes
y te bañaré de mí
en la humedad de los mil besos
y cabalgaremos nubes
en fervientes desenfrenos
de las mil y una
perfumadas noches.