¿Y qué hago ahora con éstos sueños
que palpitan fervientes en mis manos?
¡Dime tú corazón que lates en mi pecho!
¿Cómo le hago?
Si las oportunidades, como un perfecto
tonto las dejaste escurrírsenos entre los dedos.
Y nos arrastraste a los dos irremediablemente
en aquél infierno abismal… ¡lo dejaste ir!
Como se va el sol por las tardes
a iluminar otros cielos, dejándonos
a nosotros caer hondo y profundo.
¿No te diste cuenta que te amaba?
¿Recuerdas aquélla última tarde cuando
obstinadamente me obligaste a decirle:
‘’Esto no va a funcionar, llegaste tarde,
mi cuerpo le pertenece a otro,
hay un documento de por medio? ’’
¿No notaste aquéllas furtivas lágrimas
que por su mejilla rodaron?
¡Vamos, por favor!
¡No me digas eso!
¡Eres necio, pero no estás ciego!
Dime corazón loco; ahora que te has
convencido no puedes vivir sin él,
Ahora que él no se convence que
ésta vez será diferente,
Ahora que ya no vuelve, porque
no puede en nosotros creer…
Dime corazón loco ¿Qué plan tienes?
Y llené mi copa con versos que explotaban
como rompen en la mañana los capullos
y copla a copla me inundaron sedientos
como el mar inunda las vacías caracolas.
Dejé escapar mis letras de sus bordes
furtivas gotas del vino tinto de mis estrofas
hasta convertirse en manantiales…
Y como el viento lleva a su harem
los pétalos de las flores
cuando el verano se aleja
así fueron corriendo tus deseos
a mi boca
lado a lado
como bailan de aquí allá
para el otoño las hojas.
Y mis notas fueron arpegios
de alas en vuelo
y como dulces arpas al oído
reverberaron mis cuerdas.
En su éxtasis
callaban mudas las estrellas
y la luna quiso ver al otro lado.
De mi amor se derramaron los poemas
que cálidos brotaban de mi copa
mientras tu labios me besaban.
Sencillo
profundo
sincero...
así es mi amor por ti.
Sin dobleces
sin engaños ni mentiras
sin pretensiones ni orgullos.
Un amor que bate sin tregua
sus alas en mis fibras
y fluye con nítida pureza
en mis venas y en mi corazón.
Y dime…
Cómo es tu amor por mí
te nace del alma
o es como el fuego
que con premura arde
y muere cuando ha consumido
la madera de la cama.
Es flor esculpida en ti
como en Mármol de Carrara
o dura lo que vive un capullo
que languidece
al azotar el sol de la tarde.
Más allá del mar
en ése pedazo de cielo
donde se abrazan los turnos
de la luna y el sol
a entregarse la estafeta
marcando su relevo
están mis esperanzas
de encontrar el amor.
Tan lejano y misterioso...
efímero como los sueños
de salto en salto
de noche en noche
sin dejarse atrapar.
Y van mis días sin lluvia
como arenas del desierto
y voy corriendo por valles
como las yerbas rodantes
secos fantasmas
cruzando caminos
solitarios y lejanos
olvidados hijos...
huérfanos de Tláloc
dando tumbos
empujados a su suerte
por vientos caprichosos.
Dime Madre Luna…
en qué cementerio lo sepultaste
¿lo encerraste quizás en la caja fuerte?
dime la combinación.
Y me quedé en suspenso
envuelta en el manto de la negra noche
en lo inverosímil de mi suerte
que como un garfio se clavó en mi alma.
Un velo tan negro y sin salida
que como tentáculos ahogaba mis sueños
y mis indomables pensares
saltando de mi mente
en inicuo acto de rebelión.
Fue una noche sin estrellas
tan oscura como las mazmorras
de mis frustrados anhelos
y tan cerrada como un ataúd
sin dejarle a mi pobre pecho
un pequeño hueco de aire
para una bocanada siquiera.
Y aquéllos recuerdos
marchando sin tregua
se paseaban impunes
en mis solitarias horas,
tan silentes y extrañas
como el fondo de los siete mares.
Y escuché afuera
el lúgubre ulular del viento
que pretendía jugar con las
colgantes ramas de un sauce llorón...
aunque ahora pienso
era el plañir de sirenas
o de caracolas
o tal vez
el mismo Neptuno
que embravecido estaba.
Sólo sé que se nubló mi vista de pronto
y sentí que en mi cara la lluvia caía…
piedad
a cántaros sin tregua llovía.
Si en el negro abismo de tus desdenes
debo dejar mi amor estrellarse
no permitas que pase el tiempo
y dame la señal.
No quiero madrugadas
con el alma en luto
y el corazón en un pedazo
¿no ves que estoy
de incertidumbres llena?
Pareciera no comprendes
que me encuentro al borde,
a la orilla del abismo
que se abre ante mis pies.
Si otro día más tengo que vivir
suspendida de ésta cuerda
ayúdame a saltar
o empújame tu mismo.
Y si escrito estaba
conocerte eran
mi condena y mi calvario
agradezco al cielo
en humilde contrición.
Porque en el proceso...
entre aridez
y veredas pedregosas
también
mi sed calmaste
me sembraste de flores
y fui feliz.
Y eso
amor de mis amores...
se queda para siempre.
ira conmigo al marcharme
y repito
y juro por mi nombre
es tan mío,..
que no me lo puedes quitar.
Llegó así
sencillamente así
de la nada
sin explicación
sin cómo
ni porqué
con sus ojos de ámbar
curtidos por el fuego de un sol
en busca de una fuente
para calmar su sed.
En un fingido soslayo
clavó a escondidas
su mirada en mí
penetrándome en lo profundo
atravesando mi todo.
Y fui misterio de imán para él
parado ahí
de frente
mudo como tabla
sin poder articular sonido.
Sus labios parecían
brincar de su rostro
en palpitaciones de estrellas
corriendo a los míos
que sangraban
en derrame de besos
y de ansias
que por su cuerpo morian.
En los matices carmesí
con que te mueves en mis venas
fulguran destellos de alabastro
que se sumergen en mis horas
y me llevan
en raudo vuelo por el tiempo
montada en corcel de fuego
desensillado y brío.
¡Hasta aquí llegó éste amor!
El que por ti se derramó
como cascada gota a gota…
Porque quedaron mis brazos vacíos
y mis labios cansados de sentir tu boca,
tan llena de besos infieles,
y de percibir en tus manos
la borrasca y el aroma de otras pieles
Porque al pie del árbol de la noche triste
se vaciaron mis ojos derrotados…
horas de insomnio que como ángeles al cielo fueron,
pidiendo el retorno de mis días felices
¡Y por mucho pareció no habría respuesta!
Mientras, se desangraban a diario mis venas…
Pero se abrieron hoy las urnas en copiosa lluvia
que entró en mi alma como fresca brisa
¡Mi corazón está de fiesta!
He soltado mis cadenas
He peleado mi batalla
He lanzado al Hades mis penas
¡Ha vuelto a mi rostro la sonrisa!
El amor va de aquí para allá,
se mueve a su antojo…
A veces,
desplazándose a pasos gigantes,
apresurados,
otras,
perchándose sobre la concha
de una incauta tortuga,
o de un caracol,
que lo llevan
a donde tiene que ir
Es el misterio de los días,
de los años,
no hay ciencia
que lo logre descifrar,
menos,
encontrar para él una cura
No hay estrategias de cacería,
no cae en retenes o redadas,
es infructuoso
-y hasta tonto-
intentar siquiera
Se esconde si andas
frenéticamente en su busca,
pero puede a capricho
y voluntad sorprenderte
a la vuelta de la esquina,
salir de una rendija,
o plantársete enfrente
nariz a nariz,
cuando no lo imaginabas,
cuando menos te lo olías
¿Qué es el amor?
Es ésa elusiva magia
que no hemos entendido
por milenios
Anda,
ve tranquilamente,
camina sin prisas
y en paz…
Si él quiere,
saltará a tu paso,
te topará en el camino…
Pueda ser que llegue a ti disfrazado
de gotas de lluvia,
o de rayos de sol,
o en polvo de luz de luna.
Puedo notar en ti el amor
el brillo de tus ojos
no puede engañarme
tu emoción emana
te delata...
el mundo nota
el sentimiento en ti.
Cuando me besas
me das tu todo
trocitos de tu vida
poco a poco.
Cuando me acaricias
me abrasa el fuego de tu pasión
la ebullición de tu lava
me enloquece
y me vuelve fiera hambrienta.
Cuando me amas
te entregas a mí
máxima expresión...
me penetras
incontenida ola.
Puedo escribir los versos más tristes ésta noche.
Escribir por ejemplo
-mi alma divaga en la penumbra de tu ausencia,
aunque te quise y ya no te quiera-
El reloj de arena como triste cuentagotas
del tiempo me canta al oído soledades que parecen
arrastrarme en su sorda caída.
Mi amor no se conforma con estar de ti tan lejos
y te busca en la flor que nace en primavera,
la hoja que cae en el otoño de mi piel
y en el suspiro del viento que me trae tu aroma.
Porque en noches estrelladas como ésta me bebí tu vida,
el sudor de tus poros anegó el desierto de mi sed
y derramé en ti mi elixir gota a gota.
Puedo escribir los versos más tristes ésta noche.
Mi alma no se conforma con tu ausencia
aunque no sé si te quise o tal vez ya no te quiera.
En honor al gran maestro Neruda en mi propia versión.
Corro fuerte
y me sorprende la penumbra
de la taciturna noche...
ando en busca de tu respiración
pero no la encuentro,
ya no ronda mi almohada
como el antiguo vigía que fue,
que velaba los hilos de mis besos.
Tengo la ligera sospecha
que se marchó contigo
el día que perdimos la batalla
la lucha que fue, pero no realmente
no siento tu respirar meciéndose
en los timbres de mi oído
cuando recuesto mi cabeza a dormir
en mis pocos ratos de sueño.
En ésta tarde gris
acompañada del continuo mover
de la arena del arcaico reloj,
olvidado por tanto tiempo en el viejo desván,
tiritando como pobre alma en pena
en ése abandonado mausoleo de recuerdos.
Una fina lluvia repiquetea en mi ventana
mientras veo a lo lejos las golondrinas en grácil viaje
transitando los cielos en su vuelo fijo, inalterable,
eternas peregrinas de lado a lado
huyendo del invierno casi aquí,
enemigo natural de los huesos.
Y yo mesmerizada en mi sofá
en éste electrizante sentir de mi piel
que vuela en raudos anhelos de cielo hacia ti
deseando acurrucarme en tus venas.
Te veré venir a mí
incansable viajero
buscando de nuevo mi piel...
un día cualquiera
más allá del ocaso
que revienta
a la vera occipital del mar...
testigo de historias que palpitan
y recuerdos
agitados por las olas.
Y será allí
donde se acurrucan los caracoles
bellos durmientes entre las arenas
que en nuestros labios
volveremos a sentir
las nacientes sales
de nuestros cuerpos
confundiéndose
con las del océano
y nuestros orgasmos
han de correr
al eje de la tierra
para hacerla temblar.
Abro mis alas en impávidas emociones
ecuánimes gaviotas corriendo al agua
marginales deseos de los días que corren
celestes locuras se revuelven bajo mis pies.
La botella de vino tinto me habla en susurros
de excelencia para mi circulación
mientras
el color negro de la madera
se aleja de prisa
persiguiendo al gato para colorerlo.
Y el tiempo sutil e insolente
le hace el amor a la vida
llevándonos entre sus patas
con mil caballos de fuerza
y se rompen en añicos
nuestros estoicos esfuerzos
retrógradas dinosaurios azules
batallas desiguales.
Caminos en el aire…
rutas al azar
como caprichosos dados
que confundieron sus rumbos.
Destinos paralelos
en lejanas distancias
otros hemisferios
otras latitudes quizás.
Haber nacido
en lugares distintos
sin duda equivocados.
Sufridas incógnitas
e indescifrables misterios
que corren de aquí allá
en medio de las cejas
con obstinación,...
sin tregua ni escape
sin encontrar su porque
sin entender ni su ayer
ni su ahora.
Emociones abarrotadas
en el puño cerrado
deseando descargar su ira
fragmentados pedazos del alma
nadando en una botella
a merced del mar
deseando los ojos
de una playa que los lea.
Soñadora caminante
en fragmentos de letras
que sangran en versos
como tardes de sol y luz.
Retazos del corazón
que desvarían
por correr junto al camino
trepando murallas
vestidas de musgo terciopelo.
Ondulaciones del alma
como banderas en ritmo
que tremolan vibrantes
con arreboles
de color purpureo
y aromas que inundan el viento.
Ola que besa el arrecife
rasgando sus gotas de agua
y desangrándose a una
incontenidas emociones
que se escurren por la piel
destilando copos de amor.
No es morir de amor por ti
ni por los dos...
{todo principio va a su fin
inexorablemente}.
Nace la vida
nace la flor
nacen las querencias
y un día llegan
al final de su camino.
No es morir de amor por ti
ni de amor por mí
es plañir en vida,
estar en un sarcófago
con la sangre cuajada.
No es morir de amor
ni por nada de lo tuyo,
es despertar en la mañana
con los ojos abiertos hasta desorbitarse
y no ver entrar los rayos del sol.
Me tiré en el desquicio
del vientre del sol
besando sus volátiles misterios
uno a uno
y me penetró
como garfio de hierro
hasta suavizar mis huesos
y sangrar mis poros.
Caminos de mullidos labios
que besaron mis pies
desquebrajándome
hasta azuzar mi pecho
ahogando en la almohada
mil gemidos
y las sábanas
que se rompieron en añicos.
Noche de piedras
algodón y miel
desequilibrio de las horas
el cielo
y sus fibras en desquicio
desvanecimiento puro
hasta el alba.