Te regalo una flor
y cien poemas
tejidos con mi nombre
en la seda de sus pétalos
cada ángulo de cada letra
formada una tras otra
granada en desgrane puro
mi pluma y su rojo líquido.
Una luz en su brillo
brotando de mis ojos
una calleja enamorada
con matices de satín
un ejército de cocuyos
decoren tu vista
una luna te mime
en tus noches solitarias.
Un armario café
desbordando en besos
unas alas de ángel
de suspiros rellenas
te lleven a buscarme
alto y bajo por doquier
los momentos azules
cuando me necesites.
Te regalo mi sombra
acompañe la tuya
mis pies
caminen a tu lado
mi incondicional latir
-a la mano lo tengas-
para ese día negro
las fuerzas te falten
y sientas de pronto
desfallecer el tuyo.
Traicionero colibrí que por andar de flor
en flor nuestro pacto invalidaste
El trato era entre tu y yo -así pensé-
no todas las docenas del jardín
Y volaste insaciable sin poderte detener
¡Sin saber cuál preferías!
¡En la trampa de tu debilidad caíste cada vez!
En el contrato te ofrecí:
Aromáticas mañanas de primavera,
mi polen y mi miel solo para ti,
el fresco rocío y el perfume de mis pétalos
para saciar por siempre tus quimeras
Te marearon de otras flores los aromas
y borracho tambaleante
a mi vera pretendes regresar
¡Como en las tardes al ponerse el sol,
esta flor… para ti se ha cerrado ya!
Voy a borrar de mí tus caricias
así me arranque a pedazos la piel,
serás borrón de gis
en la pizarra de mi alma,
esquema sin memoria en mi mente,
fuego que no incendiará más
mis noches solitarias
aunque quede como
una muñeca de aserrín.
Porque eres amargura
de hiel al beber tu recuerdo
en mi copa,
dardo envenenado
en mi vientre,
llaga que con mis lágrimas
suele arder a todas horas.
Trascenderé el umbral
al otro lado del olvido
para quedar de ti vacía
así tenga que subir
al cielo para apagar el sol.
Quiero que sepa
-por si no lo sabe aún
ni lo adivina-
busco nadar en sus ojos
y en su retina plantarme
hasta que pueda ver
nada más que mi figura.
Que deseo con vehemencia
hundirme en sus besos
y robarme cada uno
hasta que su boca se seque
y no la humedezca
más que mi saliva.
Que camine descalzo
los caminos de mi piel
para acariciar sus plantas
con el terciopelo de la mía.
Ser de una vez por todas
el motivo de sus desvelos
y el nombre que pronuncie
despierto y dormido.
Quiero señor mío
en su tálamo adentrarme
provocar sus orgasmos
y derrame con locura
los míos gota a gota.
Vendrás por el camino del sol
para abrazarte a mis entrañas,
a éstas ansias mías que revientan
de luz y esperan tus brazos
para fundirse palpitando en ellos
Repetiremos la simbiosis de
nuestros cuerpos… aquélla
fusión que vio un día nacernos
en la piel lluvia de estrellas,
cuando nuestros labios,
temblorosos de pasión,
provocaron erupciones de
volcanes y tormentas de gemidos
Y te sentías Goliat al llegar a mí
¿recuerdas?
¡Y te creíste un gigante infalible!
Alcancé de la aljaba que suspendía
de mi bajo vientre mi arma más segura,
sin pretensiones, pausada y tranquila,
¡y quedaste sometido a mis pies!
Mi honda:
Unos pétalos bañados de rocío
Mi Piedra:
Copiosos fluidos de miel…
Volverás a mí por el camino del sol
porque mueres por deshojar de nuevo
mis flores, y beber de mi fuente, para
sentirte felizmente vencido otra vez.
Te extraño…
¿Te dije hoy que te extraño?
¡Ah sí, te lo acabo de decir!
Pero,
¿Y por qué será que nunca
es suficiente volverlo a repetir?
Es que…
¿Es posible extrañar alguien tanto?
Digo,
Hay algo que no está bien
¿No crees?
Bueno,
¡El caso es que te extraño!
¡No lo puedo esconder!
Extraño tu voz
con sus bellas palabras de amor
Extraño el roce de tu piel
Como…
Si me fuera en ello la vida
¡Lo sé, lo sé!
No cae en ningún esquema
¡Nadie me lo va a creer!
¿Sabes?
Te extraño cuando te ocupas
y no me puedes atender
¿Será verdad extrañarte así?
¡No, pienso que no!
¡Es una broma de mi imaginación!
Porque…
¿Me extrañas tú también?
No, está bien, mejor no me lo digas
¡No sea, que me lo vaya a creer!
Bueno, tengo sueño
Ya me cansé de extrañarte por hoy
Buenas noches amor…
Mañana será otro día,
y serán cortas las horas
para extrañarte otra vez
¿Te dije hoy que te extraño?
¡Ah sí, te lo acabo de decir!
Cierro ya mis ojos,
para verte en mis sueños
Y mañana…
Mañana…
Te extrañaré de nuevo
¡Qué le voy hacer!
Una vez más volverá
a nacer la primavera…
ahora sólo dormita
como bella durmiente
bajo los rigores
de éste crudo invierno.
Y traerá como siempre
repletos en su aljaba
sus aromas
su alegría
y la luz que la vida alimenta.
Sus gotas de rocío
temblando inquietas
irán descolgándose sigilosas
de las flores nacientes.
Otra vez se prenderá a mi piel
como musgo silvestre el deseo,
el sentir de tus caricias
en la locura de cada noche triste
abrazándose a mi vientre
haciéndome temblar.
Y una vez más me asaltará
el anhelo febril que reventaba
mis vertientes de su cauce…
El fluir de mis entrañas querrá
brincar sus diques de nuevo
solo recordando tu boca
cuando religiosamente veneraba
el altar de mis perfumes.
Para que a media penumbra
volquemos ésta pasión que nos consume
e inyectes susurros en mi oído
que envenenen mi sangre.
Voy a apagar el sol
para ver la silueta de tu cuerpo
a contra-luz de luna
andando los caminos de mi piel
marcando surcos con tu lengua
trazando veredas de cielo
como estrellas fugaces
que encuentran su nido en norias de miel
donde su sed abrevan.
Voy a apagar el sol
para besarte hambrienta...
se ha convertido en mi delirio
mi condena y mi horca
y azuza mi vientre
y destila mordiscos en noches de excesos
y concupiscencias que saben en la piel
a chocolate, turrón, alfajores y colmenas.
Voy a apagar el sol y vivas el martirio
sientas lo que estoy sufriendo por querer tenerte
corras de prisa y te apremies por mis besos
mueras como yo y desesperes igual
que ésta loba en luna llena.
Amiga de mi universo
forjadora de mis sueños
me dices
reina de mi música
que acelera y enamora
en noches de calidez
de canto de ranas
grillos y lobos
trovadores naturales
que no necesitan
para entonar sus notas
más que un suspiro
y una luna llena.
Y yo que estoy aquí
ahogando calladamente
de mi corazón sus palpitares
me confiesas
en ésta cuerda floja
que me suspende
casi en el vacío
corriendo a veces
para asomarme
en el umbral de tu pecho.
Cielo raso de tu sentir ...
por ver si me descubro
acurrucado
o en cuclillas
en tu interior.
Y tiemblan mis labios
si me escribes un poema...
Te regalo una rosa
blanca y pura
te digo un te quiero
y te planto en el alma un beso.
Somos mar y palmera
en un vector constante
tú y yo…
por esa fuerza
velocidad
y aceleración
con que mi pulso mueves.
Porque llegas a mí
como una ola en bruto
cada pausado momento
a acariciar mis orillas
y besar mis arenales
de ti humedeciéndome.
Y eres nube de repente
de vuelo libre
e impredecible.
Y yo…
yo lluvia
que de tus entrañas nazco.
Y bajo emancipada
desde tu vientre de nube
a mojar la tierra
para subir de nuevo a ti
en un vapor
al centro de tu imán...
a tu interior que me llama.
Vuelvo ahí cada vez
de donde soy
donde pertenezco.
Algunas veces eres aire
libremente corriendo
y yo…
yo polvo de la tierra.
Y volamos juntos
lado a lado en un abrazo
llevándome contigo
de tu mano fuerte.
Y yo…
yo dejándome llevar
a donde quieras llevarme.
Su último beso quedó colgando
tembloroso
como gota de agua
en el borde del abismo de mis labios,
Como equilibrista
desafiante y sin red
por si perdía el paso.
Y yo
que por tanto tiempo
pronuncié su nombre
en plegarias al cielo
que no salían a ninguna parte
masticándolo
bebiéndolo
estrujándolo en mi pecho.
Ya no lo busco en las bóvedas
de cada mausoleo para resucitarlo.
Ya no me importa
ya no lo pronuncio a gritos
en mi soledad...
gané cordura.
Pero cada noche
leo su nombre en mil lugares
grabado en sangre
pintando de rojo
mi cielo raso.
Su nombre
que se quedó por siempre
sin salir del techo.
Con éste pensamiento
que enclaustra mis ríos
y corre veloz
-buscándote-
encauzando deseos
de hambrientos crepúsculos
para poder reflejarme
en tus ojos de miel.
Ya no sé si lanzarme
a los cuatro vientos
y una ráfaga dulce
me levante en vuelo...
me lleve en una nube
y me sumerja en tus norias
mi sed a saciar.
Ya no sé si gritar tu nombre
a los siete mares
y pedirles a las hadas
de todos los confines
abriguen mi voz
y en un ramillete de ensueños
la lleven suavemente
a poner a tus pies.
Ya no sé qué hacer conmigo
en la encrucijada
de mi noche fría
si lo único que pido
es el calor de tus besos...
dejar impregnado
mi aroma en tu almohada
y ahogar de caricias
tus fibras sedientas.
Si no te hubiera conocido
te hubiera inventado
como el mar inventa
la sal de tu cuerpo
en esas mágicas horas
que mi lengua colisiona
con tu piel.
Yo te hubiera inventado
si no te conociera
como la ola inventa
de la arena el sabor
antes del momento de besarla…
si se han mezclado sus sabores
si por eternidades se buscan
para amarse día y noche.
Yo te habría creado
si no existieras
como un arquitecto
trazándote línea a línea
paso a paso.
Tinta de seda en el papel
oro de base
por estructura de tu cuerpo
unas fibras de luna
enamoradas de mí
y el aliento del sol
soplado en tu boca
para darte vida.
Tengo en éstos ojos
faros de luna
muchas vivencias
que se colaron sin permiso.
Cuando los cierro
en la orilla del tul
que pesa en mis párpados
queriendo dormir
salen detrás de no sé donde
queriendo jugar
a quitarme el sueño.
Y las reprendo
y las corro
y a empellones las mando
o les pido dulcemente
se vayan a descansar
a donde vinieron
y mas se ponen a hacer
malabáricas piruetas
insistentes y bullangueras
y el filo del recuerdo
me pellizcan.
Ya no sé qué hacer con ellas
¡me estan volviendo loca!
¡Tatuado estás con la tinta de mis besos!
En tu mente llevas la esencia de mi cuerpo
Con saña te marqué dejando
en ti la huella de mis caricias
Tatuado de mí quedaste;
En los mares de aire que respires
me sentirás entrar en ti,
porque te llegara mi aroma
en el viento día con día
Tatuado llevas en tu oír
el sonido de mi voz,
de mi inconfundible
risa cantarina,
la crees escuchar
en el trino de las aves,
en un poema, un verso,
prosa o rima
Tatuado con el imborrable roce
de la seda de mi piel
al contacto con la tuya,
derritiéndote con mi calor
por dentro y fuera,
haciéndote mío desde ése día
Tatuado en tu corazón
quedó mi nombre.
¡Su latir insistente lo repite!
Donde estés,
al verte en el espejo,
verás mis manos y mis labios
tatuados en tu piel
¡Eternamente!
En el inocuo espacio donde me has tenido;
Un apartado rincón,
un pedazo de cielo
Suspiros nacen de mi pecho
y el viento lleva lejos
¡Suspiros que buscan encontrar olvido!
Poemas de amor que alimentan sentimientos
me llevan alto donde las águilas hacen su nido
Luego en un soplo, al azar,
de momento y sin aviso
abres las puertas del cielo
y me dejas caer al vacío
Voy libre en curso a tierra…
Veo ríos y piedras
Veo mares y arenas donde yacen durmientes las tortugas
Seré del escarabajo hermano
Caeré en escondrijos y marañas
donde nacen las orugas
¡Es un soleado y bello día!
¡Suspiros muertos ahogan mi pecho!
Luego en un soplo, al azar,
de momento y sin aviso
me regalas un verso
y abres de pronto un paracaídas
Suspiro flotando en el viento…
Contemplo el paisaje de la vida ante mis ojos
Y así voy soñando alto y bajo a tus deseos
en el encantado carrusel de tu poesía.
Soñar despierta es… acariciar los rincones
de tu alma en vela, que divaga buscando
la sombra de la mía en las estrellas
y que encuentren el perfecto sitio,
para sentarse juntas a contarse sus quimeras
Es tocarte al extender mis brazos
y escuchar tu voz en ráfagas del viento…
Y que al rozar mi piel, como un susurro,
mi pecho enamorado exhale un suspiro
Es mirar por mi ventana al universo
y alinear en perfecta armonía los planetas…
Que al unirse las potencias
al centro del infinito seamos uno
en los caudales de sus fuerzas
Es sentir tu caricia en la lluvia que me baña
al bajar por mi cuerpo hasta besar mis pies
Es poner lado a lado los dos polos
y bajar el sol con el lazo de unos versos,
para pedirle que al abrir sus brazos
los estreche juntos para darse un beso
Soñar despierta es… jugar carrera
con el tiempo y ganarle la partida
Engañar a la distancia y dividirla
para estar en tus brazos, haciendo el amor,
¡ cuando lo desee así, pedazo de mi vida !
Estreméceme la piel
a la voz de luceros fugaces
que aullándole van a las estrellas…
Sonata de medianoche
que arrulle sueños de mis sueños
y mi cuerpo con el tuyo se confunda
Esgrimiendo tu espada entre mis versos
me gastaré la noche,
mientras tú vas por jardines de cielo
oliendo flores y deshojando pétalos de sol,
yo gatearé por tu espalda y tu pecho
buscando caminos de colores antiguos
En las mil y una noches que nos quedan
haremos poemas y cuentos e historias
¡Y serán de fuego nuestras horas!
Susúrrame murmullos de miel que inciten…
Sé como inquieto mar haciéndole el amor a la roca,
acantilado que eterno besa la ola
Serenata de caricias cuerpo a cuerpo,
lobo de medianoche entonando
sonatas que enamoran a la luna
¡Detendremos el tiempo en nuestra boca!
Puedo escribir en versos
la historia más triste
en esta noche oscura
de luna desierta...
Ha escondido su rostro
para no ser parte de mi pena.
Tuve un sueño
-por un momento-
de un amor imposible.
Debo decir más bien…
lo tuvimos los dos.
¿Fueron días?
¿Fueron horas?
No recuerdo…
se nubla mi vista
enceguece mi memoria.
De pronto una mañana
al despertar en letargo
cayó la gris realidad
con todo su peso
como cae el plomo.
Sé las gotas de agua
que caben en mis manos.
Las veo escurrirse
entre mis dedos lentamente
mientras las voy contando…
una a una.