Es mejor así
en estos días
que de ceguera sufro
donde tambalea mi pie
y el suelo se levanta hasta mis labios
a que bese sus terrones
inundando los vacíos donde duermo.
Y qué importa
-si no realmente-
de qué sirve
si de nada sirvió
tocar sueños imaginarios
que en nubes se esfuman
como los caminos del viento
inconstantes
rebeldes sin rumbo.
Lo sé…
mejor dejarlo así
si no somos ya ni sombra
si nos volvimos humo
polvo los dos
en vuelo efímero.
Y qué se puede hacer
si he ido hasta el fin
-y poco más allá-
buscando intangibles
me sembraran en tu corazón.
¡Oh!
Los sueños muertos
a veces duelen
a veces se lloran
a veces…
son muertos
que en el alma viven.
Nos bañamos con luz de luna
bajo el cómplice manto
de su negra noche…
abrazados -y en brasas-
rebosando en plenitud
inconmensurables.
Cuando se ama así
¿se piensa en recatos y tabúes?
Quién dijo límites
si en plétora se entregan
todas las gotas de pasión
si ardiente nos devora el fuego.
Si la cuerda floja se atiranta
si la red protectora
se nos rompe en mil pedazos
si desprotegidos caemos al gusto
en el abismo sin fondo
de la entrega sublime.
Si cada gata en celo
desde inicios del tiempo
ha hecho eco de mis gemidos
y los grillos cantores
entonados al unísono
nos disfrazan de noches húmedas.
Tú y yo
nos bañamos de luz de luna
tú y yo
nos invocamos noche y día
tú y yo amor…
sabemos desnudar excesos.
Te regalo una flor
y cien poemas
tejidos con mi nombre
en la seda de sus pétalos
cada ángulo de cada letra
formada una tras otra
granada en desgrane puro
mi pluma y su rojo líquido.
Una luz en su brillo
brotando de mis ojos
una calleja enamorada
con matices de satín
un ejército de cocuyos
decoren tu vista
una luna te mime
en tus noches solitarias.
Un armario café
desbordando en besos
unas alas de ángel
de suspiros rellenas
te lleven a buscarme
alto y bajo por doquier
los momentos azules
cuando me necesites.
Te regalo mi sombra
acompañe la tuya
mis pies
caminen a tu lado
mi incondicional latir
-a la mano lo tengas-
para ese día negro
las fuerzas te falten
y sientas de pronto
desfallecer el tuyo.
Para mi admirado y singular poeta...mi queridismo Adancito...
Adán Navarro Bernal y Guadalajara.
(25 de mayo-1 de junio 2014).
I
Deliré de muchas y una imagen
entre apagadas y atrapantes voces
en el ruido de la gente alrededor
escuchando de sueños y más planes
enfilados como leales soldaditos
marchando firmes con pies seguros
en su pavimentado asfalto.
II
Deleitándome atenta y concentrada
-pantalla frente a mi vista-
una bella enamorada y su maceta
una castigada quijotesca figura
trabajando inventos día y noche
en oscilaciones imperfectas del tiempo
péndulos y corto-metrajes exquisitos
complicidad entre áureos alabastros
y mis ojos jaspeados-café-canela.
III
Y me vestiste de azul para tus ojos
-ancestros misterios su divagado escudriñar-
en enfrascados pensamientos de no sé que
e inmaculadas maravillas de estertores
entre el 'destartalado' soplar del viento
y su callada caricia
provocando a las hojas suaves murmullos
dispuestas a tirarse al suelo y sucumbir
por uno de sus serpenteados besos.
IV
Mágicos entornos en combinación
La Perla de Occidente y sus típicos aromas
entre vendimias coloridas
diestros artesanos y obras de ensueño
una marimba melodiosa y feliz
cientos de palomas y una fuente
imitando una orquestra celestial.
Yo quiero inundar tu mundo
volar en tu cielo
gravitar tu tierra
flotar tus mares
sumergirme en tu infinito…
ser eternidad de amor
lo profundo en ti
tus emociones.
De sobra en tu alma sabes
me he desdibujado
a pecho desnudo de secretos
para dibujar pétalos de tinta
plasmando tu nombre
en la vida misma de un poema.
¿Qué más quieres que te dé?
Si no me he reservado
ni al menos una célula vibrante
en la esquina recóndita
de este corazón de fuego.
Y bien
te he abierto mi verdad
-confesada estoy-
ya puedo en paz morir…
si me lo pides.
¿Qué se puede hacer
con un minuto?
Dímelo tú; soy toda oídos…
yo aquí
materia dispuesta.
Si soy velero en alta mar
esperando de tu viento
una ráfaga me empuje
y me lleve cabalgando las olas.
En un minuto…
puedes izar mis velas
e ir cruzando al vuelo
geografías de aguas
no descubiertas aun.
O bajarlas a tu antojo
al momento me desees
estática
tranquila
y solo sentir la caricia
de mi respirar…
humedeciéndote.
¿Cómo quieres que te quiera?
Dímelo tú
dímelo ya...
y dame un minuto,
te hare creer
en el embrujo de la magia.
Atrasaré las manecillas del reloj
minuto a pausado minuto
y beso a beso nos navegaremos
hasta creer los dos
que el tiempo no existe.
Te estoy queriendo tanto que…
que no te puedo querer más.
Si en el pestañear de mi aliento
inundas el núcleo de mi entraña
y mis moléculas gritan tu nombre.
Me voy perdiendo hundida
en el ignoto laberinto de tu garfio…
me atrapa sin vuelta atrás
deseando consumirme en ti
al aroma de tu almohada.
Te estoy queriendo tanto que…
no importa si el viento se detiene
si el mar se evapora en seco
y no baja otra vez
vestido en gotas de nube.
De qué manera importaría
si me das tu respiración boca a boca
si me bebo el sudor de tu mar
si eres alimento de mis versos
si veo por el prisma de tus ojos.
Te quiero porque te quiero
no preguntes razones o motivos.
Los hay
sí los hay
y crecen
crecen
cada día crecen
mas no tengo –lo sé-
capacidad de enumerarlos.
Y son así, muy ellos…
los llevo engravados
prendidos
viven a su modo
caprichosos
impredecibles…
no voy a dañar su magia
soltándolos al viento.
Seguirán solo aquí
solo aquí lo juro
en este pecho
que late tan en vivo
donde no existe ritmo o rima
les marque un compás.
No hay brújulas ni pautas…
solo sé
que ha crecido esto
como encrespan las olas
al esponjarlas la marea bruta
esa marea enajenada
que la luna provoca
en sus noches llenas.
Ven entonces amor mío
a decirme
lo que de tus labios
tanto espero escuchar…
un simple
un sencillo
un suave te quiero
susurrado a mi oído…
pueda ser
que voltee mi universo
de abajo arriba
de arriba abajo
lado a lado
en toda posible dirección.
Solo díselo a mi alma…
no pido razones ni motivos.
Comulgo el asentir
que brota de mis ojos…
esta noche
la luna se desploma.
Está cayendo de su cauce
de sus bases milenarias
de su nido
-entrelazada anteriormente
a las estrellas-.
Está desgajando gotitas de luz
-se han ido prendando de mi pelo-
no lo imagino
¡no señores!
ni estoy ebria tampoco.
La veo deforme
oblicua
le faltan pedazos…
creo
¡se está volviendo loca!
¿Qué haces luna?
¿Por qué quieres inundarme?
Si sabes de por sí me tienes presa...
hechizada con tu magia.
¡Vale!...
¡Querías unos versos!
Sí que eres egoísta…
¡Si te los escribe todo mundo!
Bien…
aquí los tienes
son tuyos tómalos
y recoge tus gotitas
que yo ando aquí
con estas luces en mi pelo
viéndome -la verdad-
muy sospechosa…
muy lunática.
Daría lo que tengo
lo que me mueve y soy
lo que me resta de vida
por haber sido en tu pecho
el poema más sublime
grabado en tus venas
con fuego y cautín…
Aun así lo digo
en este pretérito que duele
en esta soledad que gime
y llora lágrimas azules.
Yo quisiera ser
de quien contaras al mundo
a los cuatro vientos
a los siete mares
a las piedras de los ríos
a las luciérnagas curiosas
a la fauna y la flora
que fui en tu vida lo más bello…
eso
que nos inunda una sola vez.
Quisiera ser
-en mis fantasías-
ese mosquito febril
que de ti roba una gota…
tu sangre me supiera
a esencia de mi misma…
tu sangre,
la que tanto he amado repitiera mi nombre
y tambaleándome en el vuelo
fuera cayéndome borracha de amor.
Debiera ser…
que cuando te extraño
brotara tu forma
en cada lado de la luna
para verte entre mis ojos
desde mis pies plantados en la tierra
y en mis alas sedientas
buscándote en el cielo.
Soy feliz así
en el tornasol de mi concha nácar...
rara perla negro-azul.
No pido orquestas ni oropeles
si llevo dentro el confeti
si vive mi alma en fiesta
si bailo a solas con mi pelo
si a cuestas voy conmigo misma
amando mi albedrío.
Soy así como me ves…
sincera y sencilla
-creo en la gente
más allá de lo que debo, lo sé-
loca de corazón un poco
-de eso estoy segura-.
Me mueve a lágrimas
un pájaro maltrecho
un perro callejero
un niño andrajoso
un indigente buscando en la basura
algo de comer.
Soy a veces:
Febril como no hay dos…
me apasiono por un verso
que aún no haya escrito
cuando empieza
en mi cabeza a germinar
Otras:
Voy de andariegos blancos
sin idea en mi mente…
no rebusco en desespero
nada más por escribir
-mi musa sabe de albedrio también-.
Finalmente:
Soy a veces vuelo de ave
sin pena que me aflija…
golondrina sin rumbo
gorjeando una canción…
No busco -no la encontraía-
de afuera hacia adentro mi felicidad.
I
Guardo tu beso
entre dos páginas
donde el camino del tiempo
no lo encuentre.
Lo quiero huella ahí
indeleble y eterno
por siempre vivo
en lo más sagrado
de mis altares.
II
La página de ayer…
ese pasado donde brilla
llenándolo de luz
ese que baila constante
en mi pensar
recuerdos imborrables…
los soles que vienen
los soles que al otro lado van
y su fuerte calor
que marchitarlo no ha podido.
III
La otra…
la página de mi mañana
esa que se planta ante mi
tan incierta a veces
y las dudas miles
que me inyecta de vez en cuando…
mas tu beso no permuta
no se difumina
no evapora
esta guardado
en las paredes de mi alma.
IV
¿Lo ves ahora?
¿Lo puedes entender?
Lo quiero huella ahí
inmovible
lo quiero grabado en un verso
con tinta de mi sangre
lo llevo tatuado
me lo llevo hasta el fin
porque lo quiero…
de epitafio en mi tumba.
A tus muslos me amarro
tremolando embelesada
donde desboco las cuerdas
terciopelo de mis ojos.
Jugosa me estaciono
frente al santo que venero
mi dios terrenal
-el de mi devoción-.
Y busco entenderme
descifrar los nudos
llenes música en mi alma
a filo de armamento.
Trastornes y sacudas
de mis días el reloj
tirando el calendario
las hojas de sus hojas.
Eneros y diciembres
que marchan al aire
sin letras o vocabulario
de tu vicio me quiten.
Me den la respuesta
contarme de antídotos
no me gustes y muevas
así como te quiero.
