domingo, 29 de abril de 2018

¡CÓMO SE HACE TARDE!


En cada punto agonizante  
en que le guardaba
se fue haciendo tarde.
Todo era surrealista y tenebroso
como si buscaba de prisa
llegar a otra orilla
donde el recuerdo
no infringiera mi paz.

Como si esperara abrir
con premura una tumba
donde enterrar el pensamiento,
arrebatando de mis células   
todo vestigio de ocre sabor
y llegar más rápido al olvido…
Ese que vislumbraba tan lejano
en el nublado horizonte
como algo intangible.

¡Ay!
¡Cómo se hacían tarde
y cómo se arrastraban
de lentitud las horas!
Garfios asfixiantes  
se iban abarrotando
en la noble humedad
de mis pestañas mudas  
y me exprimían
hasta dejarme seca!

¡Vaya… y se sigue haciendo tarde!
Se va haciendo tarde cada momento
en el paroxismo de la lentitud
tan solitaria y fría que me abraza.
¡Sí, cómo se hace tarde!
Corro por correr,
sin brújula ni compás
y no llego a lugar alguno.
¿Dónde estás olvido?
¡Ven ya a cercenar de tajo
la serpiente oscura de la noche!
¿No ves que me asfixia?

Dora Elia.
28 de Abril 2018.
EE.UU.
Derechos de autor.




sábado, 21 de abril de 2018

IMPREDECIBLE.


Yo así…
que te siento mío a veces
-pero no-
porque eres tú
tan así
tan de todo mundo.
Tan impredecible creo.
No lo sé.
Pero te he leído poco a poco.
Y te aduzco.
Te estudio como mi ciencia favorita
esa que después de todo
no me enseña nada nuevo.
Y a rompecabezas te adivino
con mi bola de cristal
que me lo cuenta todo
pieza a pieza.
Me lo dice fibra a fibra
pero y al final
tampoco me ayuda a entenderlo.
Y te supongo.
Y te quiero sin quererte,
o quizás para mi sanidad,
he preferido negarlo.
Porque vienes con el sol.
Rondas un poco
y luego te esfumas en la nada.
Porque vienes de entre ola y ola.
De súbito.
Sin aviso.
A romper mi calma.  
Y tus cánticos me atrapan
como sirenas que brotan de la bruma
y me esclavizan…
Y yo tan así
tan predeciblemente
ruedo al infierno de tus deseos.  

Dora Elia.
20 de Abril 2018.
EE.UU.
Derechos de autor. 

Imagen de la red. 




viernes, 20 de abril de 2018

RÍOS DISTANTES.


Estuve frente a él.
Creí escuchar a torrentes
el halo de su respiración
susurrando a mi oído.
Me pareció entre líneas
que un galope de cien caballos
resonaba en su pecho
brincando de prisa.

O no sé si era mi imaginar.
O si fue un deseo desatado
en el mismo pecho mío.
Tal vez fue mi hembra
que corría sin bozal ni rienda
buscando abrevar su sed
en el entronque indómito
que caprichosas conformaban
sus fuentes de amplios trigales.

Y mis manos tuvieron alas
mas no atinaron abrirse para volar. 
Y lo vi alejarse un poco,
al otro lado de mí, 
bajo la enredadera
que obstruía la fuerza gravitante
de aquella luna meridional
como poniendo distancia
entre dos intangibles.

Y quise gritarle:
-no te vayas,
quédate a mi lado,
déjame acurrucarme
en el nido que llevas muy dentro.
Hagamos girones la noche.
Saquémosle luminiscencia
a la oscuridad-.   

Y callaron mis labios
como muertos mudos.
Y fuimos agua revuelta
corriendo en ríos distantes.

Dora Elia.
18 de Abril 2018.
EE.UU.
Derechos de autor.




miércoles, 18 de abril de 2018

UNA PURA VERDAD.


Estás donde los siglos se juntan.
Donde se revuelven inquietos.
Donde se encuentran y se dan la mano.
Donde convergen inequívocos
y se dan un beso
uniendo pasado y presente.
Estás donde al fin parecía
que ya no brillaban las estrellas
y chocaban a oscuras haciéndole eco
a sus duendes confundidos.
Estás allí y aquí.
Donde ya no estabas.
Donde a poco has vuelto a aparecer.
Estás donde te dejé un día.
Donde siempre has estado.
De donde nunca te fuiste.
Porque vives.
Porque eres.
Porque renaces.  
Porque no, nunca has muerto.
Nunca te has ido.
Te quedaste aquí.
En mi cada paso.
En mi cada sueño sonámbulo.
En mi cada venenosa pesadilla.
En mi cada trago amargo.
En mi cada incongruencia.
En mi cada mentira.
Sí… estás conmigo
porque nunca te perdiste
de en medio de mis ojos
que un tiempo se sintieron ciegos.
Estás donde siempre te quise
porque sólo tuve en todos mis siglos
una pura verdad.  

Dora Elia.
18 de Abril 2018.
EE.UU.
Derechos de autor.




sábado, 14 de abril de 2018

SERENATA

Endulzó parsimonioso mi café.
Le tomó un poco… 
y en un papel escribió mi nombre.

Me dijo: 
-“Ahora son uno. 
Lo he bautizado. 
Se llama de ti.
¡Exactamente como tú! 
¡Es símbolo tan tuyo!
Como el desvelo o calma cuando te bebo.
Caliente. 
Mágica. 
Aromática. 
Vaporosa.
Lenta y pausada.
A pequeños tragos. 
Disfrutándote.
Inundando mi paladar de tu sabor.
Igual: 
Vino de reserva es tú
y eres él. 
Roja tintura son los dos.
Sí, el buen vino se llama de ti.
Te define. 
Te invoca.
Porque lo bebo de tus pechos 
cuando hacemos el amor hasta embriagarme.
¿Sabes? 
Que además,
también eres tú la poesía.
Su cimiento.
Tu sangre lleva.
Tu nombre desborda”. 

¡Oh, qué manera la suya!
¡Abrir puertas así! 
Directo al cielo 
ida y vuelta sin escalas.
Silencio. 
Intensas miradas de fuego.
Y empezó a llover cascada de besos.

Y sonaron mis castañuelas 
en rápida respiración. 
Un timbre de maracas 
retumbó entre mis muslos
vertiginosamente. 
Exudaron mis panderos 
gotas de blancas perlas 
con dulzores de almíbar. 

Mezcla de fresas
duraznos 
y chabacanos al punto… 
maduros perfectamente.
Descolgándose en pulsaciones
como las gotas de un panal. 

Hubo fiesta de címbalos. 
Hubo vino, Champagne 
y reverberar de flautas 
con pezones de lava…
y hubo trompetas 
destilando mieles aceitosas.

Y en lo profundo nos hundimos.
Cantamos el himno de los dos. 
Y una serenata de gemidos 
se escuchó en la habitación…
Rítmica y cadente. 

Dora Elia.
13 de Abril 2018.
EE.UU.
Derechos de autor.

Imagen de la red.




viernes, 13 de abril de 2018

¡Y CÓMO ME GUSTA!



No es mentira. 
Ni secreto alguno. 
Ni nada que el mundo no pueda entender. 
La verdad es que te llevo dentro. 
Que vas conmigo
entre párpado y párpado 
en mi ir y venir. 

Que te camino de cabeza a pies 
cuando me incitan tus músculos desnudos. 
Que paseas libremente en mis valles 
mis selvas y montañas
desenterrando tesoros de sal.

Y me mueves.
Y me cimbras.
Y me mides a palmo de lengua.
Y ceñido a mi cintura anclas tus manos
y en mis caderas te columpias. 

Y me gusta sentirte.
Entretener tus pulsaciones
que como ciervos pequeños 
entre mis muslos brincan
buscando calor 
y aromas de alabastro.

Y me vuelve salvaje 
cuando en susurro bajito
abres guaridas 
trincheras 
y mausoleos para sepultarte
entre paredes angostas
húmedas y oscuras
para hacer tus rituales 
y depositar tus ofrendas 
de incienso 
flores
leche y miel.

Y me gusta.
¡Cómo me gusta enardecerte! 


Dora Elia.
12 de Abril 2018.
EE.UU.
Derechos de autor.

Imagen de la red.




miércoles, 11 de abril de 2018

AMOR A GOTAS



Entró hasta mis raíces más escondidas. 
Aquellas que corrían secretas 
tan debajo de mi tierra. 
Su saliva era un veneno 
cáustico y dulce a la vez
¡Y ay, misterio de misterios…
cómo me gustaba libarlo!
Lo quise a gritos 
a sorbos 
a golpes 
a bocanadas 
a suspiros. 
Lo amé sin estancamientos
sin trabas 
sin tapujos 
sin vallas 
ni muros. 
Lo amé con ruidos 
y silencios del alma. 
Me inventé con él 
muchos arrojos 
y confabulada conspiré en su piel
jugándosela entre mis labios
hasta el último clarín del alba
cuando las campanas de la iglesia en la esquina 
exprimían su postrero orgasmo 
dejando sus campanadas vacías. 
Y él…
potro montuno y brioso
surcó el espacio en yegua blanca
de pasión en desenfreno... 
reventé su falo ¿mil veces? 
Lo amé en zapatillas 
y descalza, 
desnuda de alma 
y cuerpo desvelado.
Mas él… 
él sólo me amó 
a migajas y gotas.

Dora Elia.
11 de Abril 2018.
EE.UU.
Derechos reservados de autor.




martes, 10 de abril de 2018

ANSÍO LUZ DE LUNA.


Hay noches que se escurren
de entre sus propios dedos
tan sólo por el crédito
de huir corriendo
a mundos inhabitados
inhóspitos y locos.

Hay noches enredadas
entre piernas de azúcar
en el sudoroso verter
de vivos orgasmos
y luego algunas
de partos estertóreos
y sufridos.

Hay noches de vida.
Hay noches de muerte.

Hay gente que espera  
el susurro de la noche
abrazando su propósito…
o sin más razón
que por costumbre.  

Y yo…
yo tan aparte
que quiero luz de luna
entre sus brazos
mas y a veces muero
entre los duendes de la nada.

Y me retuerzo.
Y humedezco la noche
de tanto pensarle.
Hay otras también
que detesto mis sábanas frías
sin su olor y humedad.  

Pero cada noche…
cada noche agonizada
y languidecida
ansío luz de luna.

Dora Elia.
10 de Abril 2018.
EE.UU.
Derechos de autor.  




domingo, 1 de abril de 2018

DE AROMAS ETERNOS.

Estoy aquí
en la punta del mundo.
A dos pasos de las manecillas
que me miran de reojo
y el abismo que me grita.

Déjame que le escriba
un poema a su piel
tan lejana como el firmamento.
Su piel de aromas a clavo
canela
nuez moscada
y otras especias.

Su piel fragante de laurel
yerbabuena
albahaca
tomillo
y otras yerbas de olor
que me daba a beber a sorbos.

Y estoy aquí pero no estoy.
Me he ido
persiguiendo mi propia sombra.
Su sombra está
pero ya no está tampoco…
también se fue.
Y sus huellas quedan pero no.
Las van desapareciendo
el sol y el viento.
  
Detenía mis hombros
aferrándose firmemente
a mi mano.
Aquella tarde sombría me dijo
¡no te vayas
no me dejes
ya me siento desgarrado!

Hundí profundamente
mi pupila en la suya
como navaja de dos filos
y le dije
–ni contigo ni sin ti…
mejor marcharme-.

Giré media vuelta
gritando a mi corazón
en callado silencio
–me marcho,
nos marchamos alma mía  
es lo mejor…
no detengamos el paso-
y sentí en mi nuca
el dolor de su mirada.

Aquel hombre
de piel de aromas eternos
no vio mis ojos anegados…
también ahogué el sollozo.

Y estoy aquí
a la orilla del mundo
a dos pasos del reloj
y del abismo.  
No lo sabe
no lo supo
nunca lo sabrá.   

Vamos
déjame que le escriba
en un cirio un poema…
el último
postrero
y final,
colgando en una lágrima
de ultratumba.
Vamos,
un poema,
¡mi réquiem de amor!

Dora Elia.
1 de Abril 2018.
EE.UU.
Derechos de autor.

Imagen de la red.