martes, 27 de noviembre de 2018

ÁMBARES SEDIENTOS DE LUZ

Mil años de soledad 
repiqueteando por las calles
con su sórdido silencio 
aturden el zumbido de las moscas 
cantando alegres por la ciudad.

Manojos de sueños ahogados 
tropiezan con las piedras del arroyo 
y de ámbares sedientos de luz
cubiertos de musgo en selvas sombrías. 






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