Abro mis alas en impávidas emociones
ecuánimes gaviotas corriendo al agua
marginales deseos de los días que corren
celestes locuras se revuelven bajo mis pies.
La botella de vino tinto me habla en susurros
de excelencia para mi circulación
mientras
el color negro de la madera
se aleja de prisa
persiguiendo al gato para colorerlo.
Y el tiempo sutil e insolente
le hace el amor a la vida
llevándonos entre sus patas
con mil caballos de fuerza
y se rompen en añicos
nuestros estoicos esfuerzos
retrógradas dinosaurios azules
batallas desiguales.
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