Quiero
gritarte a los cuatro vientos. A los confines de las siete habitaciones de
Neptuno con su harem de musas y sirenas entonando enamoradas sus frutos
ancestrales. Gritarte en suave voz este sentir tan enraizado que atraviesa mi
suelo a lo profundo y anega mi pecho en amarillos-jilguero. Que avanza y se
clava en mi corazón donde antaño habitaban arenales sin puertas ni ventanas,
sin violines ni trompetas, sin son ni ritmo, sin puntos ni comas… solamente
vastos sequedales de desiertos. Porque eres tú mí ansiada humedad. Porque
fluyes con tu verso y tu caricia tan adentro en mis ojos y vas deslizándote
entre mis pechos con tu canto de milenios y de anocheceres encendidos hasta las
cúpulas de mis santuarios, unciendo mi cuerpo de tu ofrenda blanquecina.
Dora Elia.
3 de Enero
2017.
EE.UU.
Derechos
reservados de autor.
Canto de milenios y anocheceres son fin.
ResponderEliminarGracias por leerme, por seguirme, por ser y estar Jairo. Un abrazo inmenso.
Eliminar