Hay un lugar del mundo donde florecen los cardos que
amanecen incrustados y sangrantes en la médula de mis pies. Donde recorro
kilométricos placeres que borran la pesadez de algunos días llenos de ausencia
y sombras… Allí donde se recuestan la fantasía y el deseo lado a lado
haciéndose el amor. Es ahí donde inhalo y respiro tus sudores y beso el
orificio de tus poros exudando pociones mágicas que atan y amarran mis neuronas
a ti. Donde danzan las manos en interminables figuras haciendo dibujos
imborrables en tinta poética en toda la gama de colores, comenzando con el arco
iris, entretejidas con el carmín de mis labios. Es tu piel ese lugar fortuito
amor mío… Ese sitio donde siempre quiero estar, donde anhelo morir un día de
brazos abiertos hacia el cielo, donde poso mis cansados labios que vuelan como
palomas, enardecen como mariposas en jardines y reviven su energía hasta quedar
en tu piel desfallecidos otra vez después del diluvio de luceros, aliviando mis
sangrantes penas.
Dora Elia.
4 de
Diciembre 2016.
EE.UU.
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