Y luego tú te vas
y yo me quedo tan así,
tan suspendida en la
cornisa
coqueteando a la locura
danzando de puntillas sola
en la orilla de mi abismo.
Y se rompe el lenguaje.
Enmudece el diccionario
y ya no habla
ya no dice nada…
Apaga su voz.
No puede aunque lo intente
balbucear palabra alguna.
Y busca un resquicio
en la esquina de un rincón.
Un resquicio sin colores
como su apagada luz
donde esconderse de la
lluvia
a llorar su pena.
Mis pies se arrastran en
el fango
de tu abandono cruel
y mis alas se rompen en
mil partes
como un rompecabezas
que no puedo construir de
nuevo.
Mi vuelo se estaciona
desahuciado y triste
bajo un árbol seco
y los rayos calcinantes
del sol violento
lo han ennegrecido…
Mi vuelo tan desesperado
sin alturas
tan lleno de nada
vacío de ilusiones
borracho de mil soledades
y yo con él atada al imán
del suelo
sin poderme nunca ver
en el espejo de tus ojos.
Dora Elia.
13 de Julio 2017.
EE.UU.
Derechos reservados de
autor.
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