Tal vez pensaba en ti
cuando el ojo inquieto
de un lente cómplice
captó la esencia de mi cuerpo
revoloteando a mi
alrededor.
O pudiera ser
que la tristeza de mis
ojos
delataba la añoranza de un
deseo…
de que ese instante
estuviera en vez
envuelta en tus brazos
en un beso inmovible
como el sentimiento.
Y es que…
te extraña el mediodía
en su recorrido por las
calles
bajo un sol tortuoso
que sus dientes cruje en
el asfalto.
Y te extraña el frío del
invierno
y sus escarchados cristales
y sus escarchados cristales
y la noche fantasmal
con sus quinientas horas
solitarias.
Fíjate también,
{que sin quererlo}
te extrañan alevosamente
todos los días de la
semana
y el riguroso agosto
con su septiembre a
cuestas
copiándose de ellos
los demás meses del año.
Lo he adivinado
y lo sé
porque entre todos
gimen de tu ausencia…
y me quedo dormida sin ti
ebria de pensarte
abrazando mi almohada.
Yo propongo;
inventarnos un idioma
nuevo
subversivo y silencioso
que explique lo imposible.
Cuando esté perfeccionado
hasta el punto más lejano
y sus rutilantes comas
aprenderemos a ponerlo en práctica
cada rutilante segundo…
lo llamaremos:
Para no necesitarte.
Dora Elia.
11 de Julio 2017.
EE.UU.
Hermoso.muchas gracias...caló mi alma.😢
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