Están hechas de ti
las cándidas mañanas
reventando de sol.
Los adormecidos crepúsculos,
lentamente cayendo
al son de tictacs irreversibles.
Las embriagadas noches
esperando la caricia
sin perder el compás.
Los otoños imberbes de
hojas.
Las latentes lunas que se
arrullan
en la estela que deja tu
nombre.
Mis sueños colgando en la
nada.
Mis desnudos sedientos.
Y yo, moribunda sin ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario