jueves, 21 de agosto de 2014

MI GLORIA, TU INFIERNO

Si en el arma ruda
mora el frío de la muerte
y en el filo de la cruel navaja
que sostienes en tus manos ...
el rojo de mi sangre brilla
sé feliz al perpetrar tu siniestro ataque
dolor que atraviesa mi alma
y el terror que me sobrecoge.

Adelante
húndela más a lo profundo y goza
perforando mis órganos…
lacerándolos con placer uno a uno
hasta verme regurgitarlos una pulpa
mas no llores
cobardemente
si la vida te lo cobra un día.

Y así
mientras tu te deleitas
en ver mi agonía hasta la inercia
yo viviré feliz en otro plano…
el daño que aquí me causes
será tu condena eterna
y entonces
solo entonces
tal vez
me goce al verte
revolcar entre la lumbre.















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