Y me encerré contigo entre
cuatro paredes bajo siete llaves, para vivirnos el extasiado fuego en la llama inconfundible
de nuestra locura. Y sembraste la cavidad de mis poros en perfumes de sexo
destilando gotitas incansables de pasión. Y llenaste de flores los surcos de mi
tierra húmeda, que ávida esperaba tus labios sedientos. Arremetimos con la
fuerza bruta de mil toros bravíos, de mil volcanes envueltos en su lava, de mil
ciclones arremolinados, sin importar fronteras, sin importar nada en lo
absoluto, solo la sangre hirviendo en tus venas y la mía creando marejadas en
tu piel. Y el tiempo se detuvo catatónico minuto a minuto en lánguido estertor.
Más no tú, más no yo. ¡Que insaciable deseo! Y los astros atónitos se alinearon
batiendo sus manos. Y a ti y a mí nos crecieron suspiros en alas… nos crecieron
nubes bajo el cuerpo.
Dora Elia.
26 de Agosto 2016.
EE.UU.
Derechos reservados de
autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario