jueves, 31 de agosto de 2017

DE BESO A VERSO.

Afuera,
corría el revoltoso viento
que en clamor pululaba lleno de frío
pidiendo albergue en el tibio interior
que de su pecho en suspiros brotaría.

Ella…
era a veces de silencios herméticos
como la oscuridad a media noche
en el zenit virgen del invierno
que entre pantanos y feroces aullidos
le entonaba una canción de cuna
a la inclemente soledad.

Era de cabellos alargados
como los lloros en los cementerios
y los enjugaba a veces en sus manos
con sus propias lágrimas.

Era de piernas que hacían evocar
el largo romance de la tarde con el sol
en un citadino cálido verano
lleno de transeúntes en el parque.

Era de dorada piel
como el ansiado trigo maduro
a la fecunda hora de la cosecha
por manos concienzudas
fructíferas y hábiles.

Era de espontánea sonrisa…
no dudaba esbozarla
en el preciso instante
o simplemente porque sí.   

Era del mes del año un tanto loco
otro tanto primaveral
y sentía en la sangre su contagio
de enero a diciembre.

Era de mirada triste
y no importaba nada…
en su germinado pecho
moraba la incipiente semilla
en la inspiración de un poema
entre beso y candente verso.  

Dora Elia.
31 de Agosto 2017.
EE.UU.
Derechos reservados de autor.





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