sábado, 2 de diciembre de 2017

ÍDEM.

Tú sabes que no se han apagado
los leños que encendimos juntos
desde aquél entonces.
No sé,
al menos eso creo yo
los veo arder todavía.

Los escucho derramar a veces
unos finos silbidos
a la superficie.
Los veo mantener apenas
una pizca detectable de vida
bajo montañas de cenizas.

Será que fue lo cómodo.
Bajo las circunstancias lo más práctico…
y en proterva acción
sólo mudamos nuestras energías
en el continuum y espectro
de las distancias
los no-olvidos y el tiempo.

Pero los leños protestan,
persisten y resisten
desaparecer del mapa.
Lo sé, lo entiendo así
desde los infinitos misterios
cuando inesperadamente
recibo en una carta tus señales de humo
un pensamiento y un beso…
de vez en cuando.

Sé que no puedes olvidarme.
Ídem aquí.
Algo me dice que aun late
una minúscula chispa del fuego
que hubiera parecido ahogarse
bajo las ruinas y escombros.

Pienso que a veces
todavía me sueñas
y que de tus mejillas
rueda un tibio recuerdo.
Creo…
o así quiero creer,
que seguimos vivos.

Dora Elia.
2 de Diciembre 2017.
EE.UU.
Derechos de autor.



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