sábado, 18 de febrero de 2017

A FLOR DE LABIOS.


Me recuerdo vaporosa, descalza de pudores, desvestida a quedar tan solo un hilo, caminando junto a él los andares de su cama, tan incendiarios y dulces, de espalda y pecho, muslos y cadera, de lado, retaguardia y frente a frente de mi amante principesco, colgada de sus brazos y prendida a su boca llena de arcanos altares. Me recuerdo tumultuosa, también exagerada, en tormentas nebulares de hormonas salvajes que incitaban mis deseos, para arder en su pira solo de pensarle. Me recuerdo catastrófica, de nacientes y jóvenes suspiros, en crescendo a mis pulmones, al brincar su nombre, tan mágico, en la flor de mis labios. Lo recuerdo viril e incontenible, voraz y lobo alucinado, joven caballero, de alas en extensos cielos, testigo ocular de portentos naturales, cuando se extendía cruzando a raudal las nubes, navegando los vientos… y muy en lo alto un techo de estrellas que parecían murmurar sutiles te quiero. Me recuerdo fascinada junto a él, adorando de puntillas su mundo y muriendo de locura en sus brazos, cada atardecer, cuando pisábamos la tierra.

Dora Elia.
18 de Febrero 2017.
EE.UU.
Derechos reservados de autor.






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