Pero estás y eres
y no eres ni estás,
te desdibujas a tu antojo,
emancipado
y apareces fugaz
a la luz de tu deseo.
Y doblegas mi espíritu
con tus ausencias desoladas
y pretendes arrodillarlo
cuando te evaporas
perdiéndote en lo oscuro,
dejándote llevar
por el viento negro.
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