sábado, 5 de marzo de 2016

ACORDES DE UN VIOLÍN


Levitamos profundamente
urgiéndonos la piel
en el inconfundible manto
de la negra noche
que canta de excesos.

Incansable a mí llegas
-embravecido-
y hallas tu calma
en mis humedades
al murmullo de mi voz.

A tu vaivén y compás
se mece mi cintura 
de cuerdas de violín
en impacientes acordes
que provocan tus manos.

Y bajito te susurro:
-Átate a mi cuerpo
como se adhiere
la madreselva a la roca
y vacía mis delirios
deshojándolos uno a uno-.

Dora Elia.
4 de Marzo 2016.
EE.UU.
Derechos reservados de autor.







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