Me desvestí ante tus ojos en el solsticio
del crepúsculo. Ese místico momento cuando la luna empieza a asomarse entre las
nubes con timidez. Y llenaste mi cuerpo de tus locas ansias de amar. Tus ansias
adornadas con pétalos... arrancados uno a uno de sus tallos con tu boca,
haciendo una diadema para adornar mi talle perfumándolo de invernaderos.
Y te amé con cada letra del abecedario. Con gramática y sin ella. En la ortografía sutil y desaliñada de mis besos desnudos. Aspirándote entre puntos y comas. Entre cada punto donde detenerme de tu cuerpo y entre cada coma que arrasaba mi enardecer. Y te saboreé… ¡ay amor! Te saboreé hasta en la comisura de mi boca. Y te guardé en los poros de mi lengua y mi piel por si algún día me sangrara tu ausencia.
Dora Elia.
18 de Marzo 2016.
EE.UU.
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Y te amé con cada letra del abecedario. Con gramática y sin ella. En la ortografía sutil y desaliñada de mis besos desnudos. Aspirándote entre puntos y comas. Entre cada punto donde detenerme de tu cuerpo y entre cada coma que arrasaba mi enardecer. Y te saboreé… ¡ay amor! Te saboreé hasta en la comisura de mi boca. Y te guardé en los poros de mi lengua y mi piel por si algún día me sangrara tu ausencia.
Dora Elia.
18 de Marzo 2016.
EE.UU.
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