Es obvio a todas luces
la plenitud huyó la
realidad
siguiendo una ruta perdida.
Es ahora solamente
un punto oscuro
apenas visible en el
horizonte.
¡Por qué te clavaste
en el claustro de mis ojos!
¡Por qué anidarte
en medio de mis pechos!
Si éramos materia viable…
tan frágiles al deterioro
como flores cortadas.
Ay amor mío…
¿Soy así tan fácil para el
olvido?
Tus manos ya no buscan
el amparo de mi piel.
Evocando los mejores días
busco la línea divisoria
de los desafíos absurdos
para lanzarlos al fondo
del mar.
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