viernes, 4 de diciembre de 2015

ÁNGELES PARA UN OLVIDO


                 
Tan dentro de mí.
¡Ay, tan dentro!
En ese profundo comprometer
de los sentidos
que en el pecho se acurrucan.

No hay nada nuevo bajo el sol
sin embargo
-lo sé-
porque todo vuelve…
todo se repite.

Se repite la lluvia
en ese caprichoso mover de las nubes.
Las flores
que vuelven cada primavera
y se visten de gala
para desnudarse después.

Qué decir de las estaciones
en su loco ir y venir.
Y los árboles
luciendo sus hojas
para luego verse
ramas tristes y vacías.

Y ese viejo  reloj
marcando fielmente
veinticuatro horas vez tras vez…
trayendo lunas y soles
y más soles y lunas.

El viento que da vueltas
y más vueltas a la tierra
y nos vuelve a tocar
en un mosaico de emociones
besándonos la piel.

Y los amores…
¡Ay los amores!
Que llegan con ímpetu un día
a movernos los pies
y vienen
vienen y luego se van…
dando la vuelta por el mundo
se van a otro lugar.

¿Quién no ha tenido un amor
que llegó entre perfumes
y por cosas de la vida ya no está?

Nada nuevo que decir
de los recuerdos.
Porque vuelven también…
No se alejan nunca.
Solo dan la vuelta en nuestra mente
y ahí siguen y están.

Pero no…  
no hay ángeles para el olvido
no…
No los hay.
Dan vueltas y vueltas
entre el cielo y la tierra
haciendo otros quehaceres.

Dora Elia.
2 de Diciembre 2015.
EE.UU.
Derechos reservados de autor.









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