¡Ay, tan dentro!
En ese profundo
comprometer
de los sentidos
que en el pecho se
acurrucan.
No hay nada nuevo bajo el
sol
sin embargo
-lo sé-
porque todo vuelve…
todo se repite.
Se repite la lluvia
en ese caprichoso mover de
las nubes.
Las flores
que vuelven cada primavera
y se visten de gala
para desnudarse después.
Qué decir de las
estaciones
en su loco ir y venir.
Y los árboles
luciendo sus hojas
para luego verse
ramas tristes y vacías.
Y ese viejo reloj
marcando fielmente
veinticuatro horas vez
tras vez…
trayendo lunas y soles
y más soles y lunas.
El viento que da vueltas
y más vueltas a la tierra
y nos vuelve a tocar
en un mosaico de emociones
besándonos la piel.
Y los amores…
¡Ay los amores!
Que llegan con ímpetu un día
a movernos los pies
y vienen
vienen y luego se van…
dando la vuelta por el
mundo
se van a otro lugar.
¿Quién no ha tenido un
amor
que llegó entre perfumes
y por cosas de la vida ya
no está?
Nada nuevo que decir
de los recuerdos.
Porque vuelven también…
No se alejan nunca.
Solo dan la vuelta en nuestra
mente
y ahí siguen y están.
Pero no…
no hay ángeles para el
olvido
no…
No los hay.
Dan vueltas y vueltas
entre el cielo y la tierra
haciendo otros quehaceres.
Dora Elia.
2 de Diciembre 2015.
EE.UU.
Derechos reservados de
autor.
maravilloso
ResponderEliminarMuchas gracias Jesus... un honor sea de tu gusto. Saludos.
ResponderEliminar