Bájame la luna
de su encumbrado nicho
en un susurro
de mágicos albores.
Ha estado acurrucada ahí
-por siempre-
esperando tus manos
sacarla de su tálamo
sacrificado.
Te vio venir desde
milenios
entre estrellas marinas
surgiendo del fondo del
mar
brotando géiser vaporoso
adivinando tu llegada a mi
vera.
Ha estado esperando
-en impaciencia-
de manos sudorosas
vestida de blanco tul.
Traerla a cuesta de
hombros
colocarla en mi almohada
a respirarnos un poema…
cantarnos una melodía
al fundimos en uno
tú y yo.
Dora Elia.
21 de Diciembre 2015.
EE.UU.
Derechos reservados de
autor.
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