¡Y esta maldita costumbre
de sentirme deseosa de ti!
De querer hundir mis uñasde sentirme deseosa de ti!
en el desnudo de tus
noches.
Embriagarme de tu piel
a perder noción del tiempo
y todo cuanto exista
a mi alrededor.
Porque en este siglo
que en mis venas marcha
corren por ti mil ansias puras
sin religión ni credo.
Me seduce tu mirada
de misterios largos
y tu aliento de manzana
muero por morder.
Me perturba el vaivén de olas
de tu andar
sereno y pausado…
aun si no lo sabes
-o pretendas no saberlo-.
Y brotan salvajes las gardenias…
Abren de mis muslos en
flor.
Incipientes.
En insolencias húmedas.
Piden atrincherar los
albores
de tus guerras palpitantes
y tus soldados de línea
al frente de batalla
con sus armas de fuego
y sus municiones blancas de paz.
Dora Elia.
3 de Julio 2016.
EE.UU.
Derechos reservados de
autor.
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