Eres tan así
el escurrido fantasma
de mis rotos espejos…
pues te quiero
-la incauta que soy-
como se quieren
las cosas imposibles.
Un crucigrama
sin intersecciones
y jamás resuelto…
Un rompecabezas
sin inicio ni fin.
Como las vagas utopías
que nacen en desgrane
de entre ásperas piedras
escalando paso a paso
como ladrones la piel...
adhiriendo los sueños
a sus impías mazmorras
volviéndolos sin remedio
de su voluntad esclavos.
Y estás…
en los extravíos aciagos
de grutas marinas
y en las punzas cortantes
de impávidos corales
donde a ciegas te vas
desvaneciendo de mi vista
y perdiéndote de mí
cada vez más.
Enredado a otros cabellos.
Acicalando presto
esotéricas caricias
al hermetismo de otros cuerpos.
En esos hemisferios
desconocidos y ambulantes
sumergiéndote a bucear
en los mares de otras piernas.
Tú y yo
estamos grabados
en el fuego de nada…
Atados al barlovento
de extrañas fronteras.
Yendo a todo vuelo
en opuestas direcciones.
Dora Elia.
1 de julio
2016.
EE.UU.
Derechos
reservados de autor.
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