Me muevo en este círculo
de cuatro esquinas
buscando su continuidad
entre ángulos
desorientados
y fantasmas a mi alrededor
formando figuras esotéricas
Y las calles corren
en su andar de siempre
de norte a sur
de este a oeste
-y viceversa-
y esas otras cuantas
que en capricho corren
transversales.
Y van esas calles gimiendo
sin el aroma de tus
huellas
desde que te fuiste
transformando la ciudad
en blanco cementerio.
Sí,
porque aquellas
las antiguas
las de antaño
aquellas tan queridas
que dejaban tus pies
al caminar conmigo
se fueron en las nubes
volando tras de ti
siguiendo tu ruta.
Eran tuyas después de todo
-lo comprendo-.
Yo
por más que quise…
¡no las pude detener!
Dora Elia.
12 de Noviembre 2015.
EE.UU.
Derechos reservados de
autor.
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