Rasga sus prendas
cubiertas de ceniza.
Su piel forrada de azul
va cayendo lentamente
como la negra noche.
En sus tropiezos
{tan desequilibrados como
ella}
cree en la gente
en el mundo…
y la rasgan ellos
la hacen trizas
la rompen en añicos.
Llora la muñeca de papel.
La del corazón de luna
tejido por dentro en su
pecho
por fino artesano…
Ella misma en un arranque
se había vestido de rojo
con listones de encaje
atados a su pelo.
¿A dónde irá ahora
con sus pies descalzos?
Ahora,
que nada la mueve
que nada le importa.
¿A dónde volteará la
mirada
que prefiere no ver más?
¿A dónde se fue el árbol
que la cubría del sol
para no despintarse?
Le crecieron alas parece.
¿Dónde se escondió el
techo
que la cubría de la
lluvia?
¿Y dónde están los frutos
que eran dulces a su boca?
Los que ahora crecen en su
huerto
destilan miel de pena amarga.
Arden en su paladar a
quemarropa.
La carcomen.
La queman.
Dora Elia.
10 de Noviembre 2017.
EE.UU.
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