Fueron dos ambulantes quiméricos
sin estaciones del año donde detenerse a reposar sus desarropados gritos. Fueron
valle desolado y montaña infértil donde la muerte hacía eco de repechos lacrimosos
y punzantes. Se fueron llenando de llagas infladas con ponzoñoso suero que empezó
a supurar contaminándolo todo alrededor, desgarrando los pocos rayos de luces saludables
que les sostenían. Eran dos tontos, simplemente. Dos ilusionistas lanzándose a sí
mismos a un mar picado sin tabla salvavidas. No había milagros. No se esperaban
al menos, quizá porque no creyeron que existían. Eran culto sin teología ni religión.
Los altares estaban quemados y los puentes rotos. Eran mancha de pintura borrosa
que no perfilaba nada más que ininteligibles líneas donde sólo uno llevaba los
secretos. Eran y no eran. Fueron y no fueron jamás. Se perdieron en medio de un
triángulo oscilatorio, desgañitado y confuso.
Dora Elia.
16 de Noviembre 2017.
EE.UU.
Derechos de autor.
Wow
ResponderEliminarQue pintura más borrosa e ininteligible.
Sucede mucho en las lides del amor.
Bueno... fue lo que imaginé al leer.
Un gusto, Dora Elia.
***
Asi es Ivan... es precisamente el mensaje que quise expresar. Muchas gracias por ser y estar mi apreciado amigo. Saludos
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