Deberé resistir a toda
costa el impulso de correr -aunque fuere descalza- a encontrar tu camino. De
voltear a ver la luna para no mesmerizarme imaginándote ahí. Evitar las campanas
de la iglesia en la calle de a la vuelta que suenan, repican y resuenan imitando tu voz usurpando mis
fibras. Alejarme del campo verde y colorido con sus cedros perfumados y espigados vetivere para no sentir que tu aroma flota a mi alrededor queriendo atraparme.
Esmeraré mi esfuerzo en esconderme del sol cada bendito día para que no me envuelva
en la brasa de su abrazo y me confunda creyendo seas tal vez tú. No probarán jamás
mis labios una gota de miel… pudiera engañarme a pensar me estás besando. A
todo esto, no me queda de otra; deberé correr en un grito y un lamento muy
lejos, a esconderme de mí misma.
Dora Elia.
30 de Enero 2016.
EE,UU.
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autor.
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