Incansable hombre de mirada
profunda que quijotesco y andante recorres los caminos en eterna búsqueda de
intangibles. Guerrero de armadura sin esquinas andando campos fértiles y
lejanos siguiendo el cauce de ríos y vadeando sus piedras para sumergirte en sus
aguas refrescantes. Amado de mis ansias, caballero insigne dueño de mis muslos que
como pececillos multiformes buscan resbalarse entre tus labios…Caballero amante
e invencible, caballero de mi vida llena de hojas otoñales, cuando La Gioconda apasionada
te mire de lado desde sus ojos somnolientos y se invente labios escarlata para
besar tus pies, siénteme allí por dios, que yo seré la prisionera en medio de las
rejas entre sus niñas dulces y el ardor de sus pupilas para cobijarte en el interno
manto tejido en fuego debajo de mi falda.
Dora Elia.
11 de Septiembre 2016.
EE.UU.
Derechos reservados de
autor.
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