Ya no es aquello
-si acaso entonces-
ni esto de ahora
ni nada de nunca
o se le asemeje…
Ni cruce mis ojos
o despierte en provocación
un callado añoro
o incite la fracción fraccionada
de un medio respiro.
No es apenas
un minúsculo latir
un resquicio en el cerrojo
un bache en el asfalto
o un diminuto hueco
en el ala de un cocuyo.
Ni algo que signifique
algo
o nada que importe nada
o se le parezca
ni remotamente.
Hay utopías en el mar
tan sumergidas
tan revolucionarias
-y caóticas-
en su propio fuego se
ahogan
y se consumen sin querer
(o sin darse cuenta al
menos).
Hay sentimientos en el
pecho
que sus diques revientan
y fluyen cuesta abajo
buscando otros cauces
donde adherirse…
Y los que desgarran su
nido
rompen la puerta de prisa
y se echan en el viento a
volar.
Hay también así
aquellos otros
que no valieron la pena
siquiera para recordarlos
dedicarles un réquiem
o un segundo de silencio.
Dora Elia.
2 de Septiembre 2016.
EE.UU.
Derechos reservados de
autor.
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