No entiendo las
enredaderas que van enfilando amenazantes al crepúsculo del cementerio llevando
entre sus pies los tallos de los girasoles y cada planta a su paso, asfixiándolas.
No entiendo el propósito de las espinas en la rosa, mucho menos el porqué de su
osadía. No entiendo el hambre de un
niño, el abandono al anciano, la falta de amor, el odio de las naciones y la estupidez
de las guerras cercenando ideales y comiendo vidas. Pero no me hagas caso. No
es nada nuevo… Desde hace mucho no entiendo lo que le sucede a este mundo… y seguiré
sin entender estoy segura.
Dora Elia.
9 de Septiembre 2016.
EE.UU.
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