miércoles, 7 de septiembre de 2016

VIVAS CENIZAS


Te apostaste en mi dintel y fuiste despacio avanzando a mis entrañas cortándome como navajas de mil saetas. No sé si me quisiste, no supe si te quería, solo sé que a poco te iba pensando más. Y vino un día aquel adiós inevitable, clavando sus vidrios rotos, obtusos, multiformes, como aguijones obcecados llenos de veneno en mi pecho y mis costillas… entonces supe te amaba, me quedaba claro. Y la escarcha grita y dicta las horas donde te transportas en la gama y espectro de todos los misterios… porque estás en la pintura de mis cuatro paredes, en mis insomnios, en las voces que en mis locuras escucho –provenientes de la nada- donde resalta la tuya… en las adherencias de algunas cicatrices -esos gnomos incoherentes que torturan al moverse, adoloren, y duermen sin dormir en el cuerpo día y noche-… Eres como cenizas que siguen vivas, encendidas muy debajo en lo interior y solo esperan el viento para volar e incendiarlo todo.

Dora Elia.
7 de Septiembre 2016.
EE.UU.
Derechos reservados de autor.







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