Me olvidaba decirte de una
duda invisible que acosa mi canto de sirena solitaria. Que alucino las tardes
de tu figura marcando rondas elípticas en el circo de espejos. Me faltó decirte
mis penas y lutos cuando una mañana apareció en mi rostro mi primera arruga -que
en rebeldía a mis deseos de eterna juventud asombró mis ojos- y el profundo
hueco de primaveras extraviadas en páginas de calendarios, trayendo teñidos de
blanco a mi pelo. Me faltó confesarte que el tejado caliente del suelo marcó surcos
endebles de cal en mis plantas y el timón y la brújula no obedecen más mis órdenes.
Se me escapó decirte que ha ido mermando el tiempo el rebaño de mis fuerzas dejándome
a la deriva, sin velas ni voz en mi cuello enmudecido. Omití decir el otro día
el te quiero ardiente que como vorágine de río atropella mis entrañas… por la
inmensa duda me quisieras.
Dora Elia.
14 de Septiembre 2016.
EE.UU.
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